En las relaciones de pareja no es infrecuente, e incluso se podría decir que en un relación de larga duración es normal que se produzcan crisis, alejamiento o necesidades y procesos divergentes. En algunos casos, la infidelidad es el reflejo de una carencia, causa y efecto de los problemas de pareja. Entre los factores relacionados con las infidelidades y triángulos amorosos destacaremos algunos.
- Necesidades insatisfechas. Los deseos o metas no siempre podremos satisfacerlos, y una muestra de madurez y sabiduría es tolerar la frustración por no cumplirse nuestras expectativas. Pero, dicho esto, también nuestro temperamento y personalidad, nuestros valores y nuestra esencia, nos motivan para alcanzar nuestros objetivos. Tenemos necesidades básicas como las de alimento, sueño y descanso; también otras menos imperiosas pero no por ello dignas de tener en cuenta y que pueden ser muy diversas, entre las que podemos citar las emocionales, sociales, laborales, familiares, espirituales, ideológicas, sexuales, deportivas y un largo etc. Si los dos miembros de una pareja conocen e identifican en cada periodo sus necesidades y su nivel de satisfacción, puede ser más fácil evitar el que una tercera persona desestabilice la relación.
- Equilibrio entre el yo y el nosotros. Parece que las relaciones son más duraderas cuando son flexibles y adaptables a las diferentes circunstancias. Compartir no tiene por qué significar una fusión. Se pueden compartir algunos intereses, y también dejar espacio para la individualidad. Por otra parte, una relación es como un jardín, no basta con diseñar un paraíso; si no se cuida día a día, las plantas morirán.
- Rasgos de personalidad. Existen estilos de personalidad que van a propiciar las infidelidades como el histriónico (por necesidad de atención), narcisista (por necesidades de admiración), dependiente (por necesidad de apoyo y protección), límite (por miedo a ser abandonado). En el caso de rasgos de personalidad antisocial, la mentira, manipulación y desconsideración, característicos de este trastorno convierten la relación de pareja en un medio de abuso que a menudo incluye numerosas infidelidades.
- Una forma de provocar la ruptura. La dificultad para expresar los sentimientos desagradables para uno mismo o que podrían desagradar a la pareja va poniendo capas de insatisfacción a la relación. Así, pueden pasarse meses o años en los que se acumula resentimiento contra la pareja, quien a veces se queda perplejo/a al enterarse de la infidelidad.